viernes, 17 de marzo de 2017

Amor, fiesta, sexo, locura y epifanías, o de como el caos se folló a la locura y nació el bebé que fué mi fin de semana (Primera parte)

Que contar de este fin de semana que se antoja como poco demencial. Pongámonos en antecedentes, Agustín mi maravilloso ex; con el cual compartí 4 años de idas y venidas, de miedos, y de un amor como poco destructivo; me decidió ser infiel una vez más en torno a noviembre, a finales de esa fecha conocí a dos personas, Fermín, con él mantuve una relación tan breve como apasionada, cuestión de un par de semanas, el otro es Carlos, una persona maravillosa, pero que yo, por azares del destino, de mi propia naturaleza radical, y porque vive a una enorme distancia de mi, nunca llegué a ver en persona.

El fin de semana comienza con un viernes tranquilo, tomando un café, en la cafetería en la que trabaja Fermín, entre él y yo siempre ha habido química y un deseo inconfesable de el uno por el otro por temas sin resolver, la cuestión es que hablamos de salir de fiesta el sábado. Ese mismo día Fermín nos dice que no sale, el resto del grupo decidimos salir, la noche transcurre entre alcohol y tonteos con un chico llamado Rafa, tanto él como yo siempre nos buscamos las cosquillas, pero nunca llegó a ocurrir nada, y esa noche fue un ejemplo de ello, cuando yo lo buscaba, él marchaba, pero si lo ignoraba, él me buscaba a mi.

Aquella noche era una noche especial, gozábamos de una enorme luna llena, un eclipse lunar, y un cometa que atravesaba el cielo nocturno, la santísima trinidad sideral (me gusta mucho esta palabra tan en desuso) guardaba el firmamento. Cansado de mis, como cantaba Joaquín Sabina, “amores baratos de un rato” decidí pedir como deseo a estos astros, que llegase a mi, el amor de mi vida.

Llegamos a un local que visitamos asiduamente, bailamos, bebemos, reímos, y de pronto, me encuentro, bailando junto a mi a Carlos, mas guapo y atractivo de lo que las fotos y las vídeo llamadas dejaban ver. En tan solo un instante, en lo que dura un parpadeo, todo mi deseo fue suyo.

Mi mente dudaba en si hablarle o no, decido armarme de valor y hacerlo. Le saludo por su nombre, me devuelve el saludo, y le pregunto si viene conmigo a hablar fuera, él dice que no. Dado que mi actitud hacia él, tiempo atrás, no había sido nada buena, lo entendí. Me alejo de el, pasaron 5, quizás 10 segundos, pero para mi fue una eternidad, una vida vivida en ese tiempo, hasta que el me agarró del brazo y me llevó fuera a hablar.

Hablamos brevemente, pusimos pequeños puntos sobre las íes, y al poco nos estábamos besando en el pasillo de las discotecas que lleva al reservado donde mantener relaciones sexuales. Le digo si viene a la pista a bailar conmigo, y me dice que no puede, que su suegro trabaja en ese local, le pregunto si tiene novio, y me dice que es algo que esta en su final, que llevan semanas sin hablarse, mi siguiente pregunta es que quien es su suegro, y me dice que es Gabriel, el único camarero con el que me llevo bien de ese local, ¡Horror!, alguien a quien casi podría llamar amigo.

La noche transcurre entre cubatas, sexo en el reservado, los celos de Rafa por perder su ocasión y hacerlo todo a escondidas para que no nos vea Gabriel. Acabamos desayunando juntos entre sus amigos y los míos. Los dos amigos que me acompañaban aquella noche, acaban teniendo su momento de pasión con los dos amigos que acompañaban a Carlos. Fue un desayuno tranquilo hasta que Gabriel atravesó la puerta de la cafetería en la que desayunamos y nos vio. Sin mediar palabra se marcho tan rápido como entró.

Decidimos quedar todos al día siguiente para tomar algo a la noche. Aunque para eso tendréis que esperar hasta la segunda parte.

martes, 14 de febrero de 2017

Prefloración

Bienvenidos a este pequeño rincón de la red. Ante todo presentarme, no me llamo Alejandro, ni ningún nombre propio aquí dado sera real, aunque si lo serán todas las historias que aquí cuente, estudio en la universidad, y soy un empleado mas de cualquier empresa que deseéis imaginaros, soy gay, o mejor dicho maricón, soy de un pequeño barrio de clase baja y he sido el maricón del barrio toda la vida, la palabra gay no tiene tanta fuerza como para expresar lo orgulloso que me siento de ello. Escribo esto a modo de diario y a la vez a modo de biografía, las partes interesantes claro, nadie quiere escucharme hablar de mis aburridas clases universitarias, eso sí, si entran dinosaurios, unicornios que lanzan rayos láser, y vikingos mientras suena la Cabalgata de las valkirias de Wagner en una de ellas, os lo haré saber.



Dado que mi vida no siempre es tan interesante como debería, escribiré también relatos de mi pasado, introducir contenido constantemente en el blog me resulta necesario, y si de algo sabemos los gays, es de introducir.



En breves encontrareis mi próxima entrada en el blog, de titulo “Amor, fiesta, sexo, locura y epifanías, o de como el caos se folló a la locura y nació el bebé que fué mi fin de semana”